Al vernos frente a la transitoriedad de la vida, podemos decir que el futuro no existe aún, que el pasado no es ya y que lo único que realmente existe es el presente. O bien podemos decir que el futuro no es nada, que el pasado tampoco y que el hombre es un ser que surge de la nada, "arrojado" al ser y amenazado por el vacío. ¿ Cómo, entonces, en vista de la esencial transitoriedad de la existencia humana, puede hallar el hombre sentido en la vida? La filosofia existencial asegura que puede encontrarlo. Lo que esta filosofía denomina heroísmo trágico es la posibilidad de decirle "sí" a la vida, a pesar de su transitoriedad. El existencialismo destaca el presente, por transitorio que éste pueda ser. Puede afirmarse lo contrario respecto del quietismo, que, dentro de la tradición de Platón y san Agustín, mantiene que la eternidad, y no el presente, es la auténtica realidad. Desde luego, lo que se quiere significar por eternidad es un mundo simultáneo que abarca prese...
La Rutina es un esqueleto fósil cuyas piezas resisten a la carcoma de los siglos. No es hija de la experiencia; es su caricatura. La una es fecunda y engendra verdades; estéril la otra y las mata. En su órbita giran los espíritus mediocres. Evitan salir de ella y cruzar espacios nuevos; repiten que es preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer. Ocupados en disfrutar lo existente, cobran horror a toda innovación que turbe su tranquilidad y les procure desasosiegos. Las ciencias, el heroismo, las originalidades, los inventos, la virtud misma, parécenles instrumentos del mal, en cuanto desarticulan los resortes de sus errores: como en los salvajes, en los niños y en las clases incultas. Acostumbrados a copiar escrupulosamente los prejuicios del medio en que viven, aceptan sin contralor las ideas destiladas en el laboratorio social: como esos enfermos de estómago inservible que se alimentan con substancias ya digeridas en lo frascos de las farmacias. Su impotencia para asimilar ide...