Un día, cuando Pablo Picasso ya era un hombre mayor, sentado a la mesa de un café en España, dibujaba algo en una servilleta usada. Muy despreocupado, se dedicaba a bosquejar lo que le viniera en gana en ese momento, algo así como cuando los adolescentes garabatear partes masculinas en las paredes de los baños, excepto que en este caso se trataba de Picasso, así que sus falos de sanitario eran una genialidad cubista-impresionista plasmada sobre las manchas de café de aquella servilleta.
De cualquier modo, una mujer, que estaba sentada cerca de él, lo observaba con admiración. Después de un rato, Picasso terminó de beber su café, arrugó la servilleta y se disponía a desecharla en su camino hacia la salida.
La mujer lo detuvo.
-Espere-dijo¿Puedo conservar la servilleta en la
que usted estaba dibujando? Le pagaré por ella.
-Claro-respondió Picasso-. Son 20 000 dólares,
La cabeza de la dama dio un latigazo hacia atrás como si el pintor le hubiera lanzado un ladrillo.
-¿Qué? Le tomó como dos minutos dibujar eso.
-No, señora-contestó Picasso-, me tomó casi 60 años dibujar eso.
Dicho lo anterior, introdujo la servilleta en su bolsillo y se alejó del café.
La mejora de cualquier habilidad se basa en miles de pequeños fracasos y la magnitud de tu éxito se sustenta en el número de veces que fracasaste en algo. Si alguien es me jor que tú en algo, entonces es probable que lo sea porque ha fallado más veces que tú. Si alguien es peor que tú, entonces es probable que no haya pasado por todas las experiencias dolorosas de aprendizaje que has pasado tú.
Libro ( el sutil arte de que te importa un carajo)
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Exacto 👌... Nada se logra de la noche a la mañana....
ResponderBorrarMuy buena la historia.
ResponderBorrarHacies nadie ha logrado en tener éxito en la vida de la noche a la mañana.
Todo está en está en seguir preverándo y seguír ejecutando hasta lograr tu meta.